Esta muestra surge del esfuerzo por pensar colectivamente el fenómeno de la violencia que se ejerce contra las mujeres en la vida política y cotidiana, y de igual modo como una celebración de la osadía que se requiere para ocupar y continuar abriendo espacios cada vez más incluyentes y democráticos. Aletea se configuró como un espacio político de contribución colectiva y apuesta poética para llamar la atención sobre diversas formas de violencias (estructurales, institucionales, simbólicas y epistémicas) que se ejercen sobre poblaciones vulnerables y que adquieren un carácter distintivo al dirigirse contra las mujeres que tienen el atrevimiento de asumir liderazgos políticos. De ahí que la “aletosidad” que promovemos resulte incómoda para algunos y cautivadora para quienes celebran la pluralidad.
Entre nuestras manifestaciones, buscamos evocar los hechos del 25 de noviembre de 1960 con la muerte de las hermanas Mirabal, más conocidas como Las Mariposas Dominicanas, y el legado de su movimiento. Hechos que fueron actos de violencia política de género, pues fueron ejercidos contra mujeres en la labor de su apropiación del espacio político, donde siguen siendo invisibilizadas y silenciadas y del que continúan siendo ampliamente excluidas. La violencia política de género cobra además formas específicas contra el cuerpo femenino, como una manera de aleccionarnos mediante el terror sobre el supuesto lugar que nos corresponde ocupar en el mundo.
La exposición cuenta con más de 20 intervenciones y diversas muestras sonoras, plásticas y visuales atravesadas por el tejido; de procesos de mujeres, con mujeres y para mujeres, como acto de reivindicación y recuperación respecto a una historia de violencia en contra de nuestro activismo y autonomía. Asimismo, la exhibición aglutina reflexiones sobre los desafíos que enfrentan las defensoras en el contexto político colombiano, voces de sectores históricamente silenciados, contribuciones artísticas y reflexiones sobre micromachismos cotidianos junto con apuestas pedagógicas encaminadas a la incorporación de nuevas masculinidades.
Celebramos el aleteo como gesto de resistencia e iniciativa creativa para cambiar nuestras formas de relacionarnos y ampliar la construcción colectiva de una realidad distinta. Celebramos el sanar la historia a partir del reencuentro, la voz, la presencia desde el arte y sobre todo desde el amor; donde el tejido como eje de transformación social y fuerza reconstructora es fundamental en cada pequeño gesto y acción en que entrelazamos empatías y tejemos para resistir, permanecer juntas, hacernos escuchar y volar.